Influencia africana en la formación de la cultura e identidad cubanas
The African influence in the formation of the Cuban identity and culture
Marisol Sánchez Gutiérrez1, Rafael Marcel Ranzola2, José Armando Vázquez Pérez3, Idelsys Morales Jiménez4, Rosalys De Armas García5
1 Licenciada en Educación. Especialidad Marxismo-Leninismo e Historia. Máster
en Pensamiento Integracionista Latinoamericano. Asistente. Universidad de Ciencias Médicas
de Villa Clara. Cuba. Correo electrónico: marisolsg@ucm.vcl.sld.cu
2 Doctor en Medicina. Especialista de I Grado en Medicina General Integral y II en
Bioquímica Clínica. Máster en Bioquímica General. Asistente. Universidad de Ciencias Médicas de
Villa Clara. Cuba. Correo electrónico: rafaelmr@ucm.vcl.sld.cu
3 Licenciado en Educación. Especialidad Ciencias Sociales. Máster en Educación
Superior. Profesor Auxiliar. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo
electrónico: josevp@ucm.vcl.sld.cu
4 Licenciada en Educación. Especialidad Geografía. Máster en Didáctica de la
Geografía. Asistente. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo
electrónico: idelsysmj@ucm.vcl.sld.cu
5 Licenciada en Educación. Especialidad Psicopedagogía. Asistente. Universidad de
Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo electrónico: rosalysag@ucm.vcl.sld.cu
RESUMEN
Fundamento: las jóvenes generaciones necesitan conocer las raíces africanas que
contribuyeron a la formación de la cultura e identidad cubanas.
Objetivo: caracterizar la influencia africana en la formación de la cultura e identidad cubanas.
Métodos: se realizó una investigación de tipo documental, durante el segundo semestre
del curso 2014-2015 en la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Se utilizaron métodos
del nivel teórico: histórico-lógico, análisis-síntesis e inducción-deducción y del nivel empírico:
el análisis documental de artículos científicos, libros, fotografías y otras fuentes históricas
de varios autores, estudiosos reconocidos en el domino del tema.
Resultados: la entrada a Cuba de los esclavos africanos y sus costumbres, hábitos de
vida, religiosidad, cantos, bailes, identificación con la naturaleza y uso de la Fitoterapia han
dejado su huella en la identidad y la cultura cubanas conformadas sobre la base de un amplio
proceso de mestizaje.
Conclusiones: la cultura y la identidad cubanas son producto de la transculturación
como resultado de la mezcla de raíces indias, hispanas, africanas, y de otros pueblos; este
proceso es fragua de conocimientos sobre la historia de la nacionalidad y constituye un legado
que deben defender las nuevas generaciones.
DeCS: Historia, diversidad cultural, educación médica.
ABSTRACT
Background: the younger generations need to know the African roots that contributed to
the formation of the Cuban identity and culture.
Objective: to characterize the African influence in the formation of the Cuban identity
and culture.
Methods: it was carried out a documental research work, during the second semester of
the academic year 2014-2015 in Villa Clara University of Medical Sciences. Methods of the
theoretical level were used: historical-logical, analysis-synthesis and induction-deduction and empiric
level methods: the documental analysis of scientific articles, books, pictures and other
historical sources of several authors, who are recognized specialists with high command on the topic.
Results: the entry to Cuba of the African slaves and their customs, habits of life,
religiosity, chants, dances, identification with nature and the use of herbal medicine has left its
influence in the identity and the Cuban culture conformed on the base of a wide miscegenation process.
Conclusions: the Cuban identity and culture are the results of the intercultural process due
to the mixture of native roots, Hispanic, African, and of other people; this process is the
melting pot of knowledge on the history of the nationality and it constitutes a legacy that the
new generations should defend.
MeSH: History, cultural diversity, education, medical.
INTRODUCCIÓN
La entrada de negros esclavos en América fue una de las primeras medidas que dictaron los españoles para el fomento y prosperidad de sus vastos dominios, muy poco tiempo después de comprender que los aborígenes no podían ocuparse de diferentes trabajos, por lo fuertes y penosos que eran; se decide entonces la entrada de otra mano de obra, en este caso la africana, caracterizada por su robustez y vitalidad, para que cultivaran las tierras y realizaran otras obligaciones1.
El número de esclavos introducidos en Cuba ha sido objeto de mucho interés desde la etapa colonial; sin embargo, resulta complejo determinar con exactitud la cantidad traída al país. Aunque la razón esgrimida para la utilización de esclavos era su labor en las plantaciones azucareras y cafetaleras, es conocido que este proceso no tuvo las mismas características en todo el Caribe, y en el caso de Cuba fue mucho más extenso1-3.
Los esclavos trajeron consigo sus cantos y ritmos, sus credos y sus dioses, y hasta sus característicos problemas de salud. A su llegada a Cuba no les permitieron mantener sus creencias; sin embargo, esa mezcla de patrones dio origen a la cultura popular que hoy profesa la población cubana4,5. Es innegable el aporte africano al proceso de formación de la nacionalidad cubana.
La presente investigación se realiza teniendo en cuenta la necesidad de que las jóvenes generaciones conozcan el aporte que las raíces africanas ofrecieron a la formación cultural cubana y su influencia en la identidad de esta nación; contribuye, además, al fortalecimiento de la historia como formadora de valores en su función de fragua de conocimientos portadores de visiones justas y convincentes sobre el pasado y el presente. Se ama y defiende lo que se conoce y comprende en su justa medida6.
El conocimiento de estos acervos culturales heredados de los esclavos africanos enriquece la formación integral en los estudiantes en concordancia con los conceptos que asume la universidad cubana hoy como uno de sus presupuestos fundamentales, y el de cultura general integral por el que apuesta el modelo de sociedad que se pretende construir7. Es objetivo del presente artículo: caracterizar la influencia africana en la formación de la cultura e identidad cubana.
MÉTODOS
Se realizó una investigación de tipo documental, durante el segundo semestre del curso 2014-2015 en la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Se utilizaron los siguientes métodos del nivel teórico: análisis-síntesis, inducción-deducción e histórico-lógico que permitieron de manera sintetizada realizar un recorrido lógico de los antecedentes históricos y analizar los principales referentes sobre el tema; y empírico: el análisis documental permitió realizar la revisión de artículos científicos, libros, fotografías y otras fuentes históricas de varios autores, estudiosos reconocidos por su dominio del tema.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Se pudo compendiar información provechosa relacionada con la vida y costumbres de los esclavos en Cuba, y su influencia en la cultura e identidad del cubano, como se expresa a continuación:
- Lugar social en dependencia de la labor que realizaban:
Los esclavos en Cuba se agrupaban según el lugar que ocupaban dentro de la sociedad. En este sentido existía una clara distinción entre los trabajadores de las plantaciones, los domésticos, los vinculados a la producción artesanal y los que realizaban trabajos "de negros", en los muelles, construcción de caminos y canteras. La diferencia ocupacional implicaba distintos niveles de recepción y comprensión de su problemática social1,3,5.
- La vida en el barracón:
La relación del esclavo de barracón con su medio estaba mediada por la explotación intensiva, el aislamiento y el celibato forzoso1,3.
Cuando los negros llegaban a Cuba convivían en barracones, y generalmente se les añadía la marca humillante del calimbaje, similar a la aplicada al ganado vacuno. El tatuaje con hierro candente era imborrable y señalaba la pertenencia a la dotación de un amo.
Los barracones se caracterizaban por el hacinamiento extremo. El clima carcelario reinante en ellos y en las plantaciones originó una fuerte represión de los instintos, que condicionó un escape coyuntural en el "baile de tambor" o en la cimarronada. Ese sentido de liberación y euforia desenfrenada que nació en el pecho del esclavo durante los efímeros momentos de este tipo de manifestación se transfieren al contemporáneo carnaval caribeño, por las características de este tipo de fiestas, típicas de esta región3,4,6.
- La influencia de la plantación en las apreciaciones de la sexualidad del esclavo:
La plantación dejó una profunda huella en la fuerte carga sexual que aflora en los cantos y bailes del carnaval antillano. Ciertamente la cultura africana es rica en lo que a erotismo se refiere, mas aquí se trata de una sexualidad reforzada, e incluso patológica, fruto de los traumas sexuales del esclavo de plantación y no por el ancestro africano del esclavo. La esclavitud terminó creando distorsionados patrones de comportamiento sexual que los racistas justificaron inventando el mito del sadismo del negro, la inmortalidad de la negra y la lujuria de la mulata. Por tanto, son los distorsionados patrones de comportamiento sexual engendrados por la plantación y no la sexualidad subyacente en la cultura africana, los que imprimen a las expresiones danzarias esa sensualidad desbordada que las caracteriza. En el propio carnaval santiaguero contemporáneo se manifiestan rasgos de esa cultura ancestral, por ejemplo: el canto más obsceno es el que logra hacer un coro de más voces y se apagan poco a poco los coros menos obscenos1-4.
- Relación con la naturaleza
El culto a la naturaleza era propio de todas las culturas africanas. Los esclavos traídos por la fuerza a Cuba encontraron en las plantas y animales de la isla, cierta similitud a los que existían en sus antiguas tierras. Por otro lado, era el lugar donde ellos consideraban que se producían hechos considerados mágicos y de carácter religioso. Para ellos el bosque era sagrado, y el hombre debía pedirle permiso para utilizar toda su abundante riqueza. Según estudios realizados por Cabrera7, allí están los orishas Ellegguá, Oggún, Ochosi, Oko, Aye, Changó, Allagguna, y los Eggún, los muertos, Eleko, Ikus, Ibbayes, etc.
Uno de los árboles sagrados del monte para los esclavos y que aún se mantiene como creencia generalizada en la población cubana es la ceiba: árbol robusto, con tronco de grandes proporciones y ramas que crecen paralelas formando capas; no existe en grandes agrupaciones. Es una creencia muy popularizada que bajo ella no hay temor a las descargas eléctricas y muchos campesinos de edad avanzada juran formalmente que jamás un rayo ha dañado a una ceiba1,2,7.
Otro árbol especial y sagrado es la palma real, proclamada Monumento Nacional en la legislación forestal. Algunas décadas atrás se calculaba que en el país existían más de 10 millones de palmas, de hecho casi una para cada habitante. La palma real posee un tronco de gran altura y un penacho superior que, en innumerables ocasiones, atrae los rayos o relámpagos en las tormentas eléctricas. Por ello, es considerado no como un árbol cualquiera, sino como el refugio de Changó, uno de los orishas del panteón yoruba para los cubanos. Pero si estos son árboles especialmente sagrados, en general todo el monte lo es. Tal es el caso de la siguaraya, cuyas características han sido llevadas incluso a la música popular1,2,7,8.
En otros casos, el monte o el bosque son sagrados porque también según sus creencias ofrecían plantas que por sus propias características, podían curar numerosas dolencias; a continuación se listan un número de ellas en las que se aprecian, no solo sus poderes curativos, sino las deidades a las que pertenecían1,4,7:
1. Almácigo.
Dueños: Elegguá y Changó.
Propiedades: el cocimiento de sus cogollos corta el resfriado intestinal; los de la raíz, corteza
y cogollo se prescriben en caso de diarreas sanguinolentas. La resina se aplica en parches
sobre heridas producidas por clavos, latas o cualquier objeto herrumbroso.
Para el catarro, se deben poner cuatro o cinco hojas cruzadas debajo de la almohada y si es un niño específicamente, se le pueden envolver los pies con las hojas tibias. Es estimada esta planta además por la facultad que Dios le dio de curar en Viernes Santo las hernias y los ombligos de los niños.
2. Mastuerzo.
Dueño: Elegguá.
Propiedades: para curar un resfriado se hierve la raíz, se cuela y se da a tomar tres veces
al día sin decir lo que es; es muy refrescante, disminuye el azúcar de la sangre y cura
también los padecimientos del riñón y el hígado.
3. Yagruma.
Dueño: Obbatalá.
Propiedades: machacada con ron se aplica a las llagas rebeldes, el primer emplasto arde
mucho, pero al segundo va disminuyendo y después del tercero o cuarto se acaba con
la "ñáñara".
4. Canutillo.
Dueños: del blanco, Obatalá y Yemayá; del morado, Changó.
Propiedades: con canutillo se lavan todos los orishas femeninos. En cocimiento es diurético.
El blanco es útil para lavar los ojos y el morado en baños, es beneficioso. Se incluye en
despojos para la buena suerte: canutillo morado, campana blanca, albahaca y paraíso, todo hervido,
y se hecha en la tina con espíritu vencedor, espíritu tranquilo y amansaguapo.
5. Caña brava.
Dueño: Babalú Ayé.
Propiedades: la raíz en cocimiento tiene propiedades que calman el asma o ahogo, cuando
se siente en la boca sabor de sangre; de lo contrario, no debe tomarse. También se aplica
su infusión en inyecciones vaginales, es buena contra la cistitis y para purificar la sangre,
hace crecer el pelo en lavados de cabeza.
6. Caña coro.
Dueños: Yemayá y Changó.
Propiedades: toda la planta en infusión sirve para limpiar los riñones y la vejiga.
7. Cañamazo amargo.
Dueños: Yemayá y Babalú Ayé.
Propiedades: el cocimiento de cualquier parte de la planta en baños de asiento alivia
las hemorroides, también sirve para lavar y rociar maderas que estén invadidas por polillas y
otros insectos.
8. Caoba.
Dueño: Changó.
Propiedades: se corta un pedazo de la corteza del lado del poniente y otro del naciente:
tres flores de las llamadas de muerto y tres goticas, exactamente, de aceite de palo. Todo se
bate y se dan en caso de "pulmonía", tres tacitas al día.
Téngase en cuenta que a los esclavos no se les proporcionaba regularmente asistencia médica para la curación de sus enfermedades, y la mayoría de ellos la obtenían de las plantas, pero esos conocimientos adquiridos empíricamente estaban avalados por sus creencias religiosas como símbolo de protección y fe. Estas costumbres han sido heredadas y sus estudios se agrupan hoy bajo el término Fitoterapia, una rama de la Medicina Natural y Tradicional (MNT) que ha aportado numerosos medicamentos contra dolencias y enfermedades, y muchos de ellas provienen de estas culturas ancestrales, otras recientes, o que no responden a tradición alguna8.
Sincretismo religioso
Al no poder adorar a sus dioses libremente, los esclavos africanos lo hicieron a través de los santos e imágenes de la religión cristiana católica europea predominante, la cual le había sido impuesta. De esta forma se produjo la transculturación, o lo que hoy se conoce como el sincretismo afrocubano manifestado en la Regla de Ocha o santería9-12.
Entre los orishas más relevantes se encuentran los siguientes:
Obatalá: es la deidad africana de la pureza, su color es el blanco. Se asimiló a la Virgen de las Mercedes.
Ochún: diosa del amor, prefiere los girasoles y la miel de abejas, su color es el amarillo. Encarnó en la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba.
Changó: dios guerrero, del trueno y del color rojo. Se equiparó a Santa Bárbara.
Yemayá: madre de la vida, de todos los orishas, y dueña y diosa del mar, fuente fundamental de la vida y diosa del color azul. Se transculturó en la Virgen de Regla, patrona de la bahía de La Habana.
Babalu-ayé: deidad africana que para algunos de sus creyentes se sincretizó en un complejo de figuras de la religión católica: en el San Lázaro de Betania; en el Lázaro hermano de Marta y María devuelto a la vida por Jesucristo; y en el mendigo Lázaro.
Elegguá: es, por un lado, una deidad especie de duendecillo juguetón; y por otro, el abrecaminos por donde se llega a la verdad. Se sincretizó en el Niño de Atocha o San Antonio de Padua16.
- Salud y alimentación:
La mortalidad de los negros era muy frecuente en la Isla de Cuba, como en todas las Antillas; este índice variaba según el género de cultivos y el tratamiento de los amos o administradores. Había plantaciones en que morían anualmente de 15 a 20 por cada 100 vivos. En algunos, el roce continuo de los grilletes dañaba las carnes y el hueso aparecía desnudo, las heridas ulceradas eran receptáculos de insectos que depositaban sus huevos en esas cavidades gangrenadas; el suicidio y el alcoholismo también diezmaban la población esclava; otro mal que los afectaba era la poligamia que propagaba enfermedades de transmisión sexual, las cuales se convirtieron en la primera causa de infecundidad de las mujeres, además de las afecciones uterinas como resultado de los frecuentes abortos provocados10,12.
Para mantener una buena salud, la alimentación es vital y en la mayoría de los ingenios se les daba bacalao, en ocasiones ya fermentado, lo que no era suficiente pues necesitaban de otros alimentos. En épocas de crisis el que hacia esta función tenía un poder excepcional en sus manos; de ahí la frase popular "el que corta el bacalao" refiriéndose a persona con autoridad. Como norma se les daban dos comidas al día, no se ofrecía desayuno con regularidad; en algunos ingenios se les daba una taza de aguardiente de caña a cada esclavo, que antes de tomar el primer sorbo derramaban un poco para la suerte y el santo, costumbre esta que se mantiene aún al verter unas gotas del líquido al abrir una botella de ron12.
Dentro de las costumbres alimentarias que hoy se mantienen, se encuentran el consumo abundante de arroz mezclado con frijoles y el puerco asado en púa, que según algunos estudiosos parecen ser de influencia africana1,5,12.
CONCLUSIONES
La entrada a Cuba de los esclavos africanos y sus costumbres, hábitos de vida, religiosidad, cantos, bailes, identificación con la naturaleza y el uso de las plantas medicinales, conocido hoy como Fitoterapia, han dejado su huella en la identidad y la cultura cubanas conformadas sobre la base de un amplio proceso de transculturación como resultado de la mezcla de raíces indias, hispanas, africanas y de otros pueblos; este proceso es fragua de conocimientos sobre la historia de la nacionalidad y constituye un legado que deben defender las nuevas generaciones.
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Recibido: 24 de marzo de 2016.
Aprobado: 4 de abril de 2016.
Marisol Sánchez
Gutiérrez. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo
electrónico: marisolsg@ucm.vcl.sld.cu
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