Vocación por la vida en la historia de mujeres villaclareñas del sector de la salud
Vocation for life in the history of Villa Clara women health branch
Rafael Abelardo Cardet Fleites1, Marisabel García Gutiérrez2, Osvaldo Tomás Morales Mondeja3, Wirson Fabero Rodríguez4, Reidel Rojas Rodríguez5
1 Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo
electrónico: rafaelacf@infomed.sld.cu
2 Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo
electrónico: marisabelgg@infomed.sld.cu
3 Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo
electrónico: osvaldotomas@infomed.sld.cu
4 Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba. Correo
electrónico: wirsonfr@infomed.sld.cu
5 Hospital Pediátrico Universitario "José Luis Miranda". Villa Clara. Cuba. Correo
electrónico: reidelrr@infomed.sld.cu
RESUMEN
Fundamento: la presencia de la mujer cubana en el proceso de desarrollo de la salud
pública es uno de los fenómenos sociales que requiere estudio.
Objetivo: reseñar brevemente la presencia de la mujer villaclareña en el desarrollo de la medicina, en
orden cronológico, y ubicándolas en los municipios donde ejercieron su profesión.
Métodos: se realizó una revisión documental, en 2016, en la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara,
cuyo objeto de estudio fue la presencia de algunas mujeres villaclareñas en la historia de la medicina desde 1776
hasta 1951; se utilizaron métodos del nivel teórico: análisis-síntesis, inducción-deducción e histórico-lógico, y del
nivel empírico: análisis documental de materiales históricos: informes, actas, fotografías y manuales considerados
como fuentes fidedignas del conocimiento histórico, además fueron consultados informantes clave.
Resultados: las mujeres que vivieron en los siglos XVIII y XIX realizaron su labor de forma empírica con
predominio en el campo de la Obstetricia, actuaron como recibidoras de niños o comadronas, y en los campos de batallas
como cuidadoras y curadoras de heridos. Avanzando en los años, se mencionan las primeras mujeres con estudios
académicos, donde son más las enfermeras graduadas que las médicas, en este listado se incluyó una sagüera
excepcional: Concepción Campa Huergo, orgullo de todos los villaclareños, como digno homenaje a su trayectoria científica
y revolucionaria.
Conclusiones: estas mujeres se destacaron en sus épocas por la voluntad de ayudar al prójimo, un humanismo
desinteresado y su vocación por el cuidado de la vida.
DeCS: Obstetricia, médicos mujeres/historia, educación médica.
ABSTRACT
Background: the presence of Cuban women in the development process of public health
is one of the social phenomena that require study.
Objective: briefly review the presence of Villa Clara women in medicine development,
in chronological order, and placing them in municipalities where they exercised their profession.
Methods: a literature review was carried out in 2016 at Villa Clara University of
Medical Sciences, whose object of study was the presence of some Villa Clara women in the
history of medicine from 1776 to 1951; theoretical methods were used analysis-synthesis,
induction-deduction and historical-logical; empirical level methods: documentary analysis of
historical materials: reports, records, photographs and manuals regarded as reliable sources
of historical knowledge, key informants were also consulted.
Results: women who lived in the eighteenth and nineteenth centuries made their
work empirically with dominance in the field of obstetrics, they acted as midwives, and
battlefields as caregivers and healers of wounded. Advancing in years, the first women with
academic studies, where there are more graduate nurses than doctors; among them is included
an exceptional woman from Sagua la Grande Concepcion Campa Huergo, pride of all Villa
Clara, as worthy tribute to her scientific and revolutionary activity.
Conclusions: these women stood out in their times by the desire to help others,
a disinterested humanism and their vocation for life care.
MeSH: Obstetrics, physicians, women/history, education, medical.
INTRODUCCIÓN
Desde sus orígenes, el ser humano ha tratado de explicarse la realidad y los acontecimientos trascendentales como la vida, la muerte o la enfermedad.1 Es difícil conocer en qué momento surge la práctica médica en el mundo, pero teniendo en cuenta que los principios de la Medicina se fundamentan en la ayuda a los demás para conservar la salud, es de suponer que en la prehistoria, cuando un ser querido enfermaba o era herido lo mantenían en cuidado hasta que sanara. Las primeras civilizaciones y culturas humanas basaron su práctica médica en dos pilares aparentemente opuestos: un empirismo primitivo y de carácter pragmático (aplicado fundamentalmente al uso de hierbas o remedios obtenidos de la naturaleza) y una medicina mágico-religiosa, que recurrió a los dioses para intentar comprender lo inexplicable.2
No es fácil conocer en qué momento surgió en el mundo la primera mujer que se dedicara a la sanación de los enfermos, pero sí es importante admitir que las féminas formaron parte de las curaciones, tanto en su forma física, como seres humanos como de deidades a las que se adoraban por considerarlas fuentes de la vida, del poder y la sabiduría.
Se sabe que en algunas culturas como la sumeria en los años 2000 AC., las mujeres eran partes de las ceremonias sagradas, y en el caso de estar solteras podían actuar como sacerdotisas-sanadoras. También en otras culturas, como la egipcia, eran reconocidas en el campo de la medicina como descubridoras de las propiedades de las plantas y además podían asistir a otras mujeres en los partos; no obstante, en Atenas se les prohibía ejercer la medicina, incluyendo las prácticas en la obstetricia.3
Muchas mujeres trataron de romper aquellos impedimentos, entre ellas Agnodice, una ateniense que se disfrazó de hombre y fue a Alejandría a estudiar Medicina, aprendió Obstetricia con Herófilo de Calcedonia, y regresó a Atenas donde trabajó en su especialidad con éxito, lo que causó la envidia de los médicos del lugar; fue acusada de seducción a sus pacientes y debido a esta situación tuvo que descubrir su identidad; por tal motivo fue sentenciada a muerte; pero sus pacientes protestaron con la amenaza de suicidarse por lo que fue perdonada y se le autorizó a ejercer la profesión.4
Esta no ha sido la única mujer que ha tenido que disfrazarse de hombre o luchar denodadamente contra estas restricciones, otra de ellas fue Enriqueta Faver, una suiza que para estudiar Medicina llegó a Cuba en 1819 por Baracoa; vestida de hombre fue autorizada por el Protomedicato de La Habana a ejercer su profesión, pero se casó con una joven paciente y al ser descubierta fue condenada a 10 años, trabajó en el primer hospital de mujeres de Cuba, San Francisco de Paula, y luego fue deportada.5
Se puede advertir que las posibilidades de ejercer la profesión con carácter oficial le llegó a la mujer muy tardíamente, pues hubo que esperar hasta el otoño de 1847 para que una joven de 26 años pudiera matricular en la Escuela de Medicina de la Universidad estadounidense de Geneva, Nueva York. Ni la visión de un ser sobrenatural hubiera causado tanto asombro como el que originó la decisión de Elizabeth Blackwell (1821-1910) de hacerse médico por encima de cualquier prejuicio machista o feminista, y de convertirse en la osada iniciadora que abrió las puertas de las aulas de los estudios médicos a las mujeres de muchas partes del mundo.6
Pocas féminas cubanas se dedicaron a la medicina en la época de la colonia. Como acontecimiento histórico probado se conoce el hecho ocurrido en 1609 en que el Ayuntamiento de Santiago de Cuba le otorgó a la curandera india Mariana Nava licencia para practicar la medicina, por lo que es considerada la primera mujer que ejerciera esta profesión legalmente en Cuba.7
El propósito de los autores de esta investigación es reseñar brevemente la presencia de la mujer villaclareña en el desarrollo de la medicina, en orden cronológico, y ubicándolas en los municipios donde ejercieron su profesión.
MÉTODOS
Se realizó una revisión documental, en el año 2016, en la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara, cuyo objeto de estudio fue la presencia de algunas mujeres villaclareñas en la historia de la medicina desde 1776 hasta 1951; para ello se utilizaron métodos del nivel teórico: análisis-síntesis, inducción-deducción e histórico-lógico, para el estudio del tema en las fuentes históricas seleccionadas, su progresión y la conformación del cuerpo metodológico del texto redactado; y del nivel empírico: el análisis documental de materiales históricos, entre ellos: informes, actas, fotografías y manuales encontrados en archivos de museos e iglesias y en bibliotecas públicas, y considerados como fuentes fidedignas del conocimiento histórico, además fueron consultados informantes clave, considerados como tales personas conocedoras y/o estudiosos sobre el tema.
Entre los documentos revisados se mencionan:
- Álbum Resumen Ilustrado de Las Villas año 1941. (Biblioteca Provincial Martí).
- Monografía del Hospital de la Maternidad Obrera "Lutgarda Morales". (Biblioteca Provincial Martí).
- Periódico La Publicidad del 30/8/1928. Las Villas.
- Revisión de las actas Capitulares del Cabildo de Santa Clara. Tomo 13 del 26 de febrero de 1830. p. 333-8.
Entre los informantes clave:
Dr. Felipe Moré, Prof. Rogelio de la Paz Aguirre, Dr. Borges Borges, Dr. Antonio Artiles y Dra. Mirta Núñez Gudás.
Enfermeras: Sta. Ernestina Masón Crespo, Sta. Josefa Australia Sarría, Sta. Buena Ventura Bueno.
Técnicos: Lorenzo Mendoza Mendoza (el Chino) de Rx, y de Laboratorio, Roberto Martínez.
Secretaria de la Dirección del Hospital de Sagua la Grande: Sra. Ana Cárdenas Pérez.
Antiguo Jefe de Electromedicina de Sagua la Grande: Pedro Acosta.
Especialistas de la Sala de Fondos Raros de la Biblioteca Provincial Martí de Santa Clara: Ismary Martín y Cristina Alonas.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos de la triangulación metodológica de los contenidos encontrados se exponen en orden cronológico y se consignan los municipios donde se desarrolla la labor de las mujeres seleccionadas para estas breves reseñas, como se muestra a continuación:
1726 (Municipio Remedios).
Lucía: en un llamado "hospital" de madera, aledaño a la Ermita del Santo Cristo, no había médico, pero sus pacientes
eran atendidos por una morena llamada Lucía. Los gastos eran sufragados por la iglesia "San Juan de Dios". Estaba
ubicado en lo que es hoy Parque Infantil de esa localidad.
1826 (Municipio Sagua la Grande).
Bernardina la Comadrona: nació en Cienfuegos el 20 de mayo de 1826, era hija de negros esclavos, fue traída para
Sagua por sus amos a finales del siglo XIX. Esta comadrona cienfueguera-sagüera se hizo muy famosa allí por ayudar a
venir al mundo personas célebres como el Dr. Joaquín Albarrán en 1860; al producirse el parto le profetizó que sería
una persona famosa, que cruzaría los mares y moriría precozmente. También recibió en 1870 al General José Luis Robau
y como su futuro le vaticinó que libraría grandes batallas por la libertad de su
patria. Estos aciertos le dieron el nombre de Cibala y por aquella época se decía, en la voz popular, que para ser sagüero de buena cepa, se debía haber sido
recibido por Bernardina y bautizado por el Padre Guirola.
Su labor era caritativa y desinteresada, nunca exigió honorarios por su trabajo. La notable experiencia que alcanzó hizo que se le permitiera, según lo dispuesto por las leyes de la época, realizar el examen de matrona, y así fue reconocida como la comadrona de Sagua la Grande. Llevaba siempre un pañuelo blanco en la cabeza y su libreta de apuntes de nacidos. Murió el 23 de septiembre de 1903. En Sagua la Grande es reconocida como un símbolo de paz, vida y amor.
1826 (Municipio Sagua la Grande).
Doña Rosa Viana: excelente y recordada comadrona de los principios del siglo XX, ayudó a traer al mundo a
muchos sagüeros. Nació el 12 de diciembre de 1865 en Sagua la
Grande, donde estudió los primeros años. Se
graduó como enfermera en el Hospital "Reina Mercedes" de La Habana. En Sagua recibió a más de 3
mil niños, por muchos de los cuales nunca cobró sus servicios, si estos no tenían medios
económicos para hacerlo. Su esposo fue el Sr. Puig y su hija la conocida Josefina Puig Viana, esposa
de Uribarri. Doña Rosa muere en La Habana el 15 de agosto de 1938.
1830 (Municipio Santa Clara).
Josefa Morales: a esta parda libre de 50 años de edad se le otorgó el título de obstetra en el Protomedicato realizado
en La Habana en 1830. En la reunión del Acta Capitular, realizada en la gloriosa villa de Santa Clara el 28 de febrero de
1830 se autoriza a la Sra. Josefa Morales ejercer la obstetricia; ha quedado para la historia como la primera mujer que
practicara la medicina en su ciudad.
1863 (Municipio Quemado de Güines).
Juana Urresti Zabala: esta ciudadana española contrajo matrimonio con el Dr. Don Tomás del Hoyo Pérez, cubano
que estudió Medicina en Salamanca, España, el cual regresó a Cuba en 1863 acompañado de su esposa. El Dr. Don Tomás
del Hoyo trabajó primero en Cifuentes, luego en Sagua la Grande y posteriormente en Quemado de Güines, y su
esposa siempre lo acompañó; en Quemado de Güines ella fue la primera enfermera empírica, tuvo mucha popularidad, sobre
todo porque atendía los heridos de la guerra de independencia.
1869 (Municipio Manicaragua).
Carolina Valladares de Sarduy: cubana y presidenta del Club patriótico de mujeres de Güinía
de Miranda, se destacó por brindar su apoyo a la causa insurrecta y alzar su voz para reivindicar
el derecho de la mujer a participar en la guerra y ayudar a sus hijos, hermanos y esposos en
la construcción de la nueva patria. Era conocida como "La viuda de Sarduy", uno de los
combatientes mambises caídos en el ataque a Trinidad en el mes de abril de 1868. Su labor
patriótica, desde la retaguardia, la desarrollaba en los ranchos de abastecimientos y hospitales de
campaña, donde junto a sus cinco hijos protagonizó dramáticos episodios.
Su función era la de atender a los heridos en la guerra y a los enfermos que se presentaran durante la lucha y después de cada
batalla. Esta honorable mujer, junto a otras de la localidad, redactó una proclama cuya consigna era "La mujer es
el hogar, el hogar es la patria". Este documento fue el más significativo escrito por manos
de féminas humildes y desconocidas de la vanguardia política e ideológica de la mujer cubana.
1898 (Municipio Sagua la Grande).
Doña Clara Barton: conocida como La Dama de la Cruz Roja (1821-1912). Nació en
Oxford, Massachussets, en el seno de una familia defensora de los derechos de los esclavos.
Recibió una buena educación en su propia casa. Inteligente y trabajadora, pronto empezó a sentir
una especial inclinación hacia la enfermería. Participó en la Guerra de Secesión para ayudar a
los heridos. Viajó a Europa por problemas de salud y allí volvió a ejercer su profesión, esta vez
el conflicto franco-prusiano que terminaría con el imperio de Napoleón III le permitió conocer
el trabajo del Comité Internacional de la Cruz Roja, creado en 1864. De vuelta a su país,
decidió extender la Cruz Roja al otro lado del Atlántico y trabajó duro para dar a conocer su labor.
Vino a Cuba con abastecimientos para la jurisdicción de Sagua la Grande y entró por Isabela
de Sagua en la época de la guerra hispano-cubana-americana. Fue tanto el cariño que
sintieron los sagüeros por aquella mujer que andaba por el pueblo con alimentos, medicinas y ropa,
que decidieron nombrar una calle con su nombre, para que nunca se olvidara a esa amable
benefactora.
1899 (Municipio Remedios).
Se habilitaron como enfermeras no graduadas en el Hospital Civil de Remedios a Felicia Bonato y
a Carolina García González, de las cuales solo se encontraron sus nombres, no se refieren otros datos por falta de fuentes confiables.
1909 (Municipio Remedios).
En este año trabajaron en el referido hospital la recogedora Adolfina Balmaceda y como comadrona graduada la
Srta. Concepción Urbano.
1912 (Municipio Quemado de Güines).
Francisca Díaz: el 1 de abril de 1912, esta señora es nombrada para constituir el comité de Damas de la Cruz Roja
cubana, con el fin de brindar ayuda en obras benéficas para apoyar la salud de los desvalidos.
1920-1940 (Municipio Quemado de Güines).
A continuación se nombran algunas de las principales enfermeras, parteras, comadronas o recibidoras que realizaban
los partos en este pueblo, en las referidas décadas:Micaela Duforneau
Angela León
Genara Vila
Isidora Hernández
Isabel Corzo
Nemecia Trujillo
Migdalia Ruiz
Emilia Ramírez González
Blanca Palencia Ávila
1924 (Municipio Quemado de Güines).
Mirta Marta Gudás García: enfermera de corazón,
nació el 23 de abril de 1924 y falleció el 7 de diciembre de 2014
a los 90 años. Fue la primera enfermera graduada que trabajó en ese municipo. Natural de Martí, Matanzas, realizó
los estudios secundarios en la ciudad de Cárdenas y al terminar se presentó en la Escuela de Enfermería del Hospital
"Calixto García" donde luego de realizar unas pruebas para el ingreso, contaba que eran tan exigentes en el proceso de
selección que peligró su entrada a la institución, por su estatura. Allí realizó sus estudios, tenía predilección por la Obstetricia
y recordaba con mucho placer la rotación que hizo por la Clínica Cardona y también por la sala de Obstetricia del
mencionado hospital, lugar donde conoció a quien entonces también rotaba como estudiante de Medicina Tito Núñez
Rodríguez; allí se selló una unión para la vida y la profesión que duraría mientras trabajaron. Terminó los estudios en 1948 y
ya casados fueron a residir en Quemado de Güines, provincia Las Villas; en este pueblo recién se inauguraba un
pequeño hospital materno municipal que contaba con 8 camas, un pequeño salón de partos y un área de esterilización, y
allí trabajaron como médico y enfermera con un grupo de comadronas que los asistían y "de guardia permanente",
siempre que había un parto difícil. Permanecieron hasta el año 1962, se atendían todas las embarazadas del municipio de
forma gratuita e independientemente de la condición social; hicieron partos hasta de trillizos, no tuvieron muerte materna,
y ella no recordaba que hubieran tenido que trasladar a ninguna mujer a Sagua la Grande por alguna situación que
no pudiera ser socorrida en el pequeño hospital; como no había salón quirúrgico, todos los partos se hacían por vía
vaginal. Luego pasó a Sagua la Grande y trabajó durante varios años en el Hospital de Maternidad, ya con mejores
condiciones, hasta que se inauguró el Hospital "9 de Abril" donde trabajó como Jefa del Salón de Operaciones hasta el año 1970,
en que se traslada a La Habana por problemas de salud de su esposo; nunca ejerció más su profesión pero en total
cumplió una intensa vida laboral que duró 22 años, en los que además, en turnos dobles, fue enfermera de un central
azucarero y de la Fábrica Electroquímica de Sagua la Grande. Ya con casi 90 años y muy enferma repetía constantemente
"¡cuanto disfruté yo de mis años como enfermera! ¡no hay nada más bonito en la vida que hacer un parto!"
(Comunicación personal de su hija Dra. Mirta Núñez Gudás. Infomed. 2 de junio de 2016).
1928 (Municipio Sagua la Grande).
Josefina Casas Huera: primera mujer que ostentó el título de Doctora en Medicina en Las
Villas, logrado después de seis años de pacientes y laboriosos estudios en la Universidad
Nacional, donde aprobó al obtener siempre en todas sus asignaturas notas sobresalientes. Se
estableció en la ciudad de Sagua la Grande y obtuvo notabilísimos triunfos, pues supo asimilar las
enseñanzas de sus maestros entre ellos el especialista en niños Dr. Aballí, con el cual
permaneció practicándose y especializándose en esa difícil rama de la carrera médica. Fue premiada
y homenajeada por todas las instituciones médicas de Cuba, y está incluida en el Álbum
de Antologías de los más prominentes médicos del país. Ha sido proclamada como ejemplo de
lo que puede lograr una mujer por su inteligencia, constancia y amor a la ciencia. Termina su
vida laboral como pediatra en Santo Domingo. Muere en el año 1973.
1929 (Municipio Sagua la Grande).
Dolores Hidalgo de Echevarría: Lolita fue
una famosa enfermera titular y comadrona
facultativa graduada en la Universidad de La Habana en 1917. Fue comisionada para la colecta que se
hizo en Sagua por la Asociación Nacional de Enfermeras para la construcción de la Casa-Hogar de
La Habana. Ejerció en el Hospital de Maternidad de Oña de Sagua la Grande, desde su apertura
el 16 de agosto de 1929.
1950 (Municipio Cifuentes).
Tota Herrera: enfermera del poblado de Matas en la década de 1950, trabajó en la clínica
de ese lugar y fue muy famosa entre los pobladores por su sentido del humanismo y su
responsabilidad.
1951 (Municipio Sagua la Grande).
Concepción Campa Huergo: Doctor Honoris Causa de la Universidad de La Habana y de
la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara, e investigadora titular del Ministerio de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. Fue la jefa del colectivo que en los años ochenta del siglo
XX, obtuvo la Vacuna Antimeningocócica BC para los grupos BC única en el mundo para el
grupo B, rampa de lanzamiento de la biotecnología cubana. Nació en Sagua la Grande,
actual provincia de Villa Clara, el 12 de mayo de 1951. Estudió en la Universidad de La Habana
la especialidad de Ciencias Farmacéuticas y durante todo este período mostró su inclinación por
la investigación y su elevado espíritu de colaboración y ayuda a los demás. Inició su vida
laboral en 1976 en la Empresa de Productos Biológicos «Carlos J. Finlay», en el Departamento
de Control de la Calidad de Vacunas. Obtuvo la categoría de Especialización de Tecnólogo
de Primer Nivel. En 1982, por sus relevantes méritos en el campo de las ciencias, fue
seleccionada para formar parte del Grupo Especial para el Desarrollo de la Vacuna Antimeningocócica.
En 1987 se realizó la prueba de eficacia de terreno que comprobó que se había obtenido por primera vez este importante producto. Fue proclamada autora de la Vacuna antimeningocócica BC, por lo cual se le otorgó la Medalla de Oro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Desempeñó los cargos siguientes:
- Jefa de la División de Calidad en la Empresa de Producción de Biológicos «Carlos J. Finlay».
- Investigadora del Grupo de Desarrollo de la Vacuna y posteriormente Jefa de dicho Grupo.
- Directora del Centro Nacional de Vacuna Antimeningocócica del Ministerio de Salud Pública y Presidenta Directora General del Instituto "Finlay".
En su amplia trayectoria presentó innumerables publicaciones y trabajos científicos, además participó en diferentes congresos y eventos tanto en Cuba como en el extranjero. Fue miembro de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir). Es académica titular de la Academia de Ciencias de Cuba, miembro del Comité de Expertos en Vacunas Humanas y Veterinarias del CITMA y miembro del Consejo Científico del Ministerio de Salud Pública. En el orden político, fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, e integró su Buró Político desde 1991 hasta 2011. También fue miembro del Comité Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas, Diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular e integró la Comisión Organizadora del IV Congreso y V Congreso del PCC.
Como se puede apreciar, estas mujeres se destacaron en sus épocas por la voluntad de ayudar al prójimo, un humanismo desinteresado y su vocación por el cuidado de la vida.
Después del triunfo de la Revolución en 1959, la estrategia de desarrollo puesta en práctica por el Estado cubano creó las condiciones para garantizar la igualdad de derechos y oportunidades para todos los miembros de la sociedad e ir transformando las condiciones de discriminación y subordinación a que se veía sometida la mujer cubana tanto en el ámbito privado como en el público. Desde este punto de vista, ya no constituye una novedad la labor de la mujer en el sector de la salud, su presencia en él es mayoritaria en comparación con la del sexo opuesto.8
El derecho al trabajo es una de las conquistas de género más importante que obtiene la mujer y que se constituye en el fundamento de un proceso de transformación cualitativa que va experimentando. Ello, unido al derecho gratuito a la educación y a la cultura, le permitió en un tiempo relativamente corto, avanzar en el terreno de su independencia económica y social, así como en su participación en el ámbito público y en actividades tradicionalmente masculinas.9
En estos 50 años de educación médica en la región central suman miles las mujeres graduadas en cualquiera de las profesiones de la salud, varias de ellas merecen ser estimuladas por su desempeño, pero siempre será mayor la admiración por la huella dejada en sus pacientes, familiares y en la comunidad, pues como dijera José Martí:10 "El deber debe cumplirse sencilla y naturalmente". (Lectura en la reunión de emigrantes cubanos, en Steck Hall, Nueva York, 24 de enero 1880).
CONCLUSIONES
Conforman esta publicación breves reseñas de mujeres que han dedicado su labor a profesiones relacionadas con la salud. Las que vivieron en los siglos XVIII y XIX, realizaron su contribución de forma empírica con predominio en el campo de la Obstetricia, actuando como recibidoras de niños o comadronas, y en los campos de batallas como cuidadoras y curadoras de heridos. Avanzando en los años, se mencionan las primeras mujeres con estudios académicos, donde son más las enfermeras graduadas que las médicas, situación condicionada por las limitaciones discriminatorias que imponía la sociedad al sexo femenino y la desigualdad económica. En estas reseñas se ha incluido a una sagüera excepcional: Concepción Campa Huergo, orgullo de todos los villaclareños, como digno homenaje a su trayectoria científica y revolucionaria; aunque su labor se desarrolló en La Habana, sus beneficios se multiplican en todo el país, incluso en varios lugares del mundo. Estas féminas se destacaron en sus épocas por la voluntad de ayudar al prójimo, un humanismo desinteresado y su vocación por el cuidado de la vida.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. de Lara MJ. Laura Martínez de Carvajal y del Camino (Primera Graduada de Medicina en Cuba). Cuad Hist Salud Publ. 1964;(28):11-18.
2. Aguiar González de la Peña NM, Benítez Piñón LM. Aproximación a la historia de la medicina en Cuba: la colonia. Rev Haban Cienc Med [Internet]. 2010 [citado 2 May 2016];9(2):[aprox. 7 p.]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-519X2010000200002&lng=es
3. Garrison FH. An introduction to the history of medicine. Philadelphia: Saunder; 1929.
4. De la Sierra ML. Mujer y medicina en la antigüedad clásica: la figura de la partera y los inicios de la ginecología occidental. Fronteiras. 2011;13(24):45-60.
5. Archivo Nacional de Cuba. Expediente sobre la expatriación de Doña Enriqueta Faver. Bol Arch Nac. 1930;29:91-9.
6. McCormick E. Vida ejemplar de una médica. Selecc Reader´s Digest. 1950;19(111):67-71.
7. Colcagno F. Diccionario biográfico cubano. New York: Imprenta y Librería de Ponce de León; 1878.
8. Odriozola Guitart S, Triana Cordovi J. Estrategia de desarrollo y crecimiento económico en Cuba: dos caras de una misma moneda. Econ y Desarrollo [Internet]. 2015 [citado 5 May 2016];153(suppl.1):[aprox. 16 p.]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0252-85842015000100002&lng=es&nrm=iso
9. Hernández Gómez LC. Presencia de la mujer en la Salud Pública Cubana. Rev Cubana Salud Pública [Internet]. 2009 [citado 2 May 2016];35(1):[aprox. 13 p.]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-34662009000100010&lng=es
10. Martí J. Obras Completas. Tomo 4. La Habana: Imprenta Nacional de Cuba; 1960.
Recibido: 16 de junio de 2016.
Aprobado: 17 de agosto de 2016.
Rafael Abelardo Cardet Fleites. Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara. Cuba.
Correo electrónico: rafaelacf@infomed.sld.cu
Copyright (c) 2016 EDUMECENTRO