EDUMECENTRO 2023;15:e2497
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Inteligencia emocional y rendimiento académico en estudiantes de Medicina en tiempos de pandemia de COVID-19
Emotional intelligence and academic performance in medical students in times of the COVID-19 pandemic
Isabel Jackelin Robles Hurtado1* https://orcid.org/0000-0002-2779-8898
Cinthya Virginia Soto Hidalgo2 https://orcid.org/0000-0000-0003-4826-8447
1 Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Perú.
2 Universidad Nacional Federico Villarreal. Perú.
*Autor para correspondencia. Correo electrónico:isabel24021@gmail.com
RESUMEN
Introducción: la enfermedad COVID-19 ha condicionado nuevos escenarios de aprendizaje
en el mundo, ha afectado la inteligencia emocional y en consecuencia, el rendimiento
académico de grupos poblacionales de estudiantes.
Objetivo: indagar, desde varias fuentes de investigación, la relación entre la
inteligencia emocional y el rendimiento académico en estudiantes de Medicina en el escenario de la
COVID-19, a partir de un estudio en el período de 10 años antes y durante la pandemia.
Métodos: se realizó una revisión de fuentes bibliográficas en SciELO, Dialnet y
Google académico, comprendidas entre los años 2012 y 2022 con el uso de palabras
claves: inteligencia emocional, rendimiento académico, estudiantes, Medicina, COVID-19.
Se seleccionaron artículos científicos, tesis de grado y maestría para lograr la pertinencia en
el estudio realizado.
Desarrollo: se evaluaron en el orden conceptual la inteligencia emocional y el
rendimiento académico en estudiantes universitarios, fueron analizadas las investigaciones más
relevantes atendiendo al autor (año), el tipo de publicación o estudio realizado. Se aplicaron
pruebas estadísticas que permitieron ponderar los criterios y principales regularidades en relación con
el tema.
Conclusiones: con la revisión de publicaciones se pudo constatar los efectos de la
pandemia en la inteligencia emocional y el rendimiento académico. Este nuevo escenario de aprendizaje
es todavía un reto para la comprensión de docentes e investigadores.
DeCS: inteligencia emocional; rendimiento académico; educación médica; COVID-19.
ABSTRACT
Introduction: the COVID-19 disease has conditioned new learning scenarios in the world,
it has affected emotional intelligence and, consequently, the academic performance of
population groups of students.
Objective: to investigate, from various research sources, the relationship between
emotional intelligence and academic performance in medical students in the COVID-19 scenario, based
on a study in the 10-year period before and during the pandemic.
Methods: a review of bibliographic sources was carried out in SciELO, Dialnet and
Google Scholar, from 2012 to 2022 with the use of keywords: emotional intelligence,
academic performance, students, Medicine, COVID-19. Scientific articles, degree and master's
theses were selected to achieve relevance in the study carried out.
Development: emotional intelligence and academic performance in university students
were evaluated in the conceptual order, the most relevant investigations were analyzed according
to the author (year), the type of publication or study carried out. Statistical tests were
applied that allowed to ponder the criteria and main regularities in relation to the subject.
Conclusions: with the review of publications, it was possible to verify the effects of
the pandemic on emotional intelligence and academic performance. This new learning scenario
is still a challenge for teachers and researchers to understand.
MeSH: emotional intelligence; academic, performance; medical education; COVID-19.
Recibido: 30/09/2022
Aprobado: 02/02/2023
INTRODUCCIÓN
El término inteligencia emocional se desarrolló y expandió su estudio durante el siglo XX. En los últimos años, los avances en el campo de la inteligencia incluyen el estudio de la parte emotiva y afectiva de los individuos para demostrar que la unión de la razón y la emoción son esenciales para comprender la inteligencia humana; así quedó determinado por Goleman en su obra que aún constituye un referente.(1)
Actualmente, en diversos países se prioriza el desarrollo de programas de educación basados en el aprendizaje desde las emociones que abren novedosas áreas de investigación en el campo de la Medicina, la Psicología y la Pedagogía; por tanto, investigar acerca de inteligencia emocional y su aprendizaje es una necesidad y permite establecer vínculos con el rendimiento escolar.
La pandemia de COVID-19 ha condicionado nuevos escenarios de aprendizaje en el mundo. Esta ha afectado la inteligencia emocional a determinados grupos poblacionales de estudiantes de ciencias médicas y también, sus rendimientos académicos. Generó cambios drásticos en el estilo de vida de todas las personas debido al distanciamiento social que se adoptó paulatinamente alrededor del mundo, a raíz de la declaración de emergencia sanitaria de la Organización Mundial de la Salud.(2)
Cabas-Hoyos et al.,(3) llevaron a cabo un estudio exploratorio en el que presentan el entorno educativo como uno de los ambientes en el que más se analiza la inteligencia emocional (IE) en sus distintas dimensiones. De forma similar, Valenzuela-Santoyo et al.,(4) identifican relaciones significativas entre las variables y concluyen que el correcto manejo de las emociones es esencial para un buen rendimiento académico estudiantil.
Los estudiantes universitarios también han tenido que someterse al confinamiento, con ello han aparecido nuevos retos para el estudio y las tareas docentes durante varios cursos por lo que el rendimiento académico debe ser objeto de atención en los nuevos escenarios de aprendizaje.(5)
Se ha podido percibir durante estos años de confinamiento que en muchos casos, los estudiantes no tienen la motivación suficiente para poder desempeñarse de manera efectiva,(5) opinión que comparten los autores de esta investigación; además, son más sensibles ante los distractores digitales, presentan mayor nivel de frustración, se muestran incapaces de poder controlar sus emociones con baja resiliencia y no se les brindan las estrategias pertinentes para que puedan potenciar el rendimiento académico.
Estudiantes, maestros y demás miembros de cada comunidad educativa, se han visto afectados emocionalmente por varias razones, entre ellas: el tiempo de confinamiento, el miedo al contagio, la muerte de seres queridos por COVID-19 u otras enfermedades, ansiedad, estrés, depresión, trastornos alimenticios y del sueño, cuestiones económicas, pérdida de trabajo y distanciamiento de seres queridos. Lamentablemente, si el estudiante no logra, en primer, lugar aprender a gestionar sus emociones, no podrá rendir académicamente y esta labor corresponde a los maestros, orientadores y psicólogos de cada centro educativo con el apoyo y colaboración de los padres en sus hogares.
Además, el estudio del rendimiento académico de los alumnos constituye el punto de referencia para valorar el grado de eficacia del proceso de enseñanza-aprendizaje, considerado el primero, como el indicador del nivel de aprendizaje que ha alcanzado el estudiante al final de dicho proceso.
Por todo lo expuesto, esta revisión sistemática tiene como objetivo indagar sobre el devenir histórico de la inteligencia emocional, desde varias fuentes de investigación y su influencia en el rendimiento académico en estudiantes de Medicina en el escenario de la pandemia COVID-19, a partir de un estudio realizado en el período de 10 años antes, durante y posterior a la pandemia.
MÉTODOS
Se realizó una revisión bibliográfica sistemática de una década para desarrollar un análisis crítico reflexivo del contenido de documentos. Se consideraron tesis de doctorado, maestría, artículos originales y de revisión publicados entre 2013 y 2022 en español e inglés. La búsqueda fue realizada en las bases de datos SciELO, Dialnet y Google académico y tras la identificación de los estudios preseleccionados se comprueba su pertinencia, a partir de la indagación desarrollada.
El análisis y revisión de la literatura científica permitió encontrar en el estudio la relación entre inteligencia emocional y rendimiento académico en estudiantes de Medicina, las principales fortalezas, así como las necesidades a partir de convivir en los difíciles escenarios de la pandemia de COVID-19.
La estrategia de búsqueda se realizó en las bases de datos referidas con los términos inteligencia emocional y rendimiento académico en alumnos universitarios en estudios con diseño observacional, descriptivo y/o analítico en idiomas español e inglés. Se revisaron los títulos y los resúmenes para seleccionar aquellos que cumplían con los criterios de elegibilidad propuestos.
DESARROLLO
Inteligencia emocional y rendimiento académico en estudiantes universitarios
El concepto inteligencia emocional (IE) apareció por primera vez en 1990 en un artículo publicado por Salovey et al.(6) Sin embargo, Extremera et al.(7) consideran que Daniel Goleman, psicólogo y periodista americano, convirtió estas dos palabras en un término de moda al publicar su libro "Inteligencia emocional", en 1995. La inteligencia emocional puede asumir diversos enfoques; así, Morillo-Guerrero(8) y Goleman,(1) explican hay siete elementos claves que se relacionan con la inteligencia emocional:
Confianza: sensación de control, dominio del cuerpo y no fracasar en lo que el individuo se traza como metas.
Desarrollar la curiosidad: sensación de descubrir cosas con un enfoque positivo generador de placer.
Intencionalidad: deseo y capacidad de obtener un impacto y, en consecuencia, actuar con persistencia, está relacionada con el deseo de competir.
Autocontrol: se expresa como la capacidad de amoldar y lograr el dominio de las acciones de forma apropiada a cada grupo etario.
Relación: capacidad de comprometerse con otra persona basada en la sensación de ser comprendido y comprender a los demás.
Capacidad de comunicación: se manifiesta en el deseo y la capacidad de intercambio de ideas, sentimientos y conceptos relacionada con la sensación de confianza en los demás.
Cooperatividad: capacidad de equilibrar las propias necesidades con las de los demás en una actividad en grupo.
La inteligencia emocional (IE) es un factor importante para el éxito académico, laboral y para la vida cotidiana en genera.l(1) Es una habilidad para percibir, asimilar, comprender y regular las propias emociones y las de los demás, promoviendo un crecimiento emocional e intelectual. De esta manera, se puede usar esta información para guiar nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento, según señaló Martínez et al.(9) en investigaciones vinculadas a la inteligencia emocional expresadas en función del rendimiento académico, el cual se evidencia en la evaluación de un conocimiento obtenido en determinados espacios educativos, por lo que un estudiante con un alto rendimiento académico es aquel que obtiene evaluaciones positivas en los exámenes realizados en diferentes momentos del curso.
En otras palabras, el rendimiento académico es una medida de las capacidades del estudiante de Medicina manifestado en todo lo que ha aprendido a lo largo del proceso formativo. También supone la capacidad para responder a los retos educativos. En este sentido, el rendimiento académico está vinculado a la aptitud del sujeto para afrontar con una actitud positiva los exámenes correspondientes. Expresa el efecto de las diferentes y complejas etapas en cada proceso educativo del estudiante y a su vez, los objetivos hacia los que se enfocan todos los esfuerzos e iniciativas de las autoridades de ese sector educativo.
Por tanto, no se trata de cuánta materia han memorizado los estudiantes de esa carrera, sino de cuánto contenido han asociado realmente a su conducta, manifestado en su manera de sentir, de resolver los problemas y hacer o utilizar los saberes obtenidos en condiciones de pandemia, comprobados en la evaluación de los conocimientos y capacidades adquiridas por vías, incluso, no convencionales.
Las notas que obtienen y la evaluación, en función de la teoría y práctica, deben expresarse como una medida justa sobre el estado del rendimiento de los estudiantes de Medicina. Por ello, el rendimiento educativo está considerado como transformaciones que se desarrollan a través del proceso enseñanza aprendizaje en estos jóvenes y se expresa mediante el crecimiento y enriquecimiento de su personalidad en formación, en condiciones tan difíciles como la pandemia de COVID-19.
En síntesis, los autores consideramos que en el rendimiento educativo intervienen una serie de factores, entre ellos: la metodología del profesor, el aspecto individual del estudiante de Medicina y el apoyo familiar, entre otros.
Existen estudios que han demostrado cómo los estados de ánimo, motivaciones, hábitos de estudio, entre otros, influyen en el rendimiento académico, aun cuando no existen condiciones agravantes como la pandemia de COVID-19. Grados et al.(10) realizaron una investigación no experimental, descriptiva y correlacional con 86 estudiantes de Psicología, donde se utilizó el método estadístico de Taub b Kendall (para rendimiento académico), se evidenció que existe una correlación estadísticamente significativa entre hábitos de estudio y rendimiento académico (sig.=.00, p<0.05), lo que demuestra la relación directa entre hábitos de estudio y rendimiento académico.
El estudio no experimental analítico realizado por Suberviola(11) con 294 estudiantes universitarios con la utilización de la correlación de Pearson, presenta un análisis y discusión del tema que se analiza. Este estudio pretende, por un lado, ser una discreta contribución a las investigaciones que muestran las correlaciones positivas entre competencias emocionales y rendimiento académico. Por otro lado, tiene como finalidad evidenciar, de un modo indirecto, los beneficios de la inclusión de la educación emocional en las diferentes etapas educativas. Se señala que las universidades no pueden obviar el trabajo emocional en sus aulas.
Al caracterizar la apreciación desfavorable de un grupo de 66 profesores de ciencias médicas sobre estudiantes que presentan bajo rendimiento académico en una investigación descriptiva y transversal realizada por García-Ortiz et al.(12), se demostró que se da mayor importancia a las variables motivacionales y de aptitud, los estos estudiantes fueron devaluados por tener un nivel muy bajo de coeficiente intelectual y estar desmotivados por la carrera.
Por su parte, Páez Calas et al.(13) desarrollaron un estudio en el que participaron 263 estudiantes, con el objetivo de describir la inteligencia emocional y determinar su relación con el rendimiento académico y otras variables demográficas de estudiantes de pregrado. Se comprobó un cociente emocional promedio de 46, 51. Además, se confeccionó un modelo cúbico de dependencia entre el cociente emocional y el rendimiento académico, significativo para el total de la población en las facultades de Medicina y Psicología, además de una dependencia significativa de este coeficiente con el programa (p = .000) y el término académico (p = .000), aunque este último solo muestra una tendencia clara para Medicina. Existe una correlación entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico.
Casanova et al.,(2) realizaron una investigación para describir las relaciones existentes entre burnout, inteligencia emocional y rendimiento académico con una muestra de 50 estudiantes de Medicina de la Universidad de Granada. Para evaluar el burnout y la inteligencia emocional se utilizaron los cuestionarios EUBE y TMMS-24, respectivamente. Los resultados evidenciaron una relación positiva entre la subescala atención a las emociones y burnout en ambos sexos y una relación positiva entre las subescalas claridad emocional y reparación de las emociones en hombres.
Mérida et al.(14) en un sondeo desde una revisión narrativa, demuestran que el conocimiento emocional del docente es un aspecto fundamental en el aprendizaje y desarrollo de las competencias en los alumnos porque el profesor se convierte en un modelo de aprendizaje a través del cual el alumno aprende a razonar, expresar y regular las incidencias y frustraciones ocurridas durante el largo proceso de aprendizaje en el aula.
Bernabel(15) en su pesquisa, recomendó llevar a cabo un estudio de tipo correlacional con el objetivo de determinar la relación existente entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico de los estudiantes. Los estudios citados evidencian, sin lugar a duda, que existe un interés creciente por establecer una relación entre las variables de IE y el RA descritas en el artículo a través del coeficiente de correlación de Pearson.
Ramos Cuéllar et al.(16) realizaron una investigación de tipo descriptivo longitudinal en el período comprendido entre enero de 2017 y diciembre de 2018; en la muestra seleccionada, los componentes más afectados de la inteligencia emocional resultaron la motivación y la autorregulación, se constató la necesidad de ofrecer una atención sistemática a los estudiantes que presentaban mayores necesidades en su desarrollo emocional.
Los autores de esta investigación coinciden con los estudios anteriores, en la relación significativa entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico en los estudiantes universitarios, toda vez que el estrés producto de una adaptación a un nivel superior de estudios, entre otros aspectos, tiene una importante repercusión en el desempeño del estudiante.
Inteligencia emocional, rendimiento académico y COVID-19
En cuanto a la influencia de la pandemia de COVID-19, Hernández Abad,(5) señala que para garantizar que el proceso enseñanza aprendizaje se lleve a cabo, aun y con todas las adversidades, es necesario que antes de esperar trabajos, prácticas y participaciones excelentes en clases, se enseñe a los alumnos a gestionar sus emociones. El objetivo del estudio se centró en descubrir el impacto de aprender a manejar o gestionar las emociones en el rendimiento académico de los estudiantes ante un cambio de metodología educativa, en este caso, por la pandemia.(5)
Montero et al.,(17) desarrolló su investigación con el objetivo de relacionar inteligencia emocional con sintomatología depresiva y ansiosa, con diversas variables sociodemográficas. Participaron 260 jóvenes universitarios con una edad media de 19, 83 (DE=1,64), de los cuales 111 (42,7 %) fueron hombres y 145 (55,8 %) mujeres, todos eran estudiantes activos en modalidad en línea, debido al aislamiento social por COVID-19. En el estudio se utilizó la escala TMMS-24 para evaluar la autopercepción de la IE, la escala HARS para evaluar la ansiedad y la escala PHQ9 para evaluar la sintomatología percibida de depresión. Los resultados concluyeron que la IE es un factor protector de sintomatología psicológica pues se identificó una correlación negativa entre la IE y la ansiedad y depresión.
El estudio realizado por Hidalgo Andrade et al.,(18) refiere que la vida universitaria, en sí misma, es estresante. El impacto de la pandemia, con las consiguientes adaptaciones, ha resultado un momento altamente crítico en la vida de los universitarios. El artículo explora las conductas de autocuidado, afrontamiento del estrés académico y la inteligencia emocional de estudiantes de carreras relacionadas con la salud durante la pandemia de COVID-19 en Ecuador. Analiza los factores que predicen la frecuencia de las conductas de autocuidado en esta población. La investigación consistió en un estudio cuantitativo transversal no experimental con 170 estudiantes universitarios de Ecuador, entre abril y julio de 2020. Los hallazgos indican relaciones significativas entre autocuidado, inteligencia emocional y afrontamiento del estrés académico, niveles promedio de autocuidado, afrontamiento del estrés académico e inteligencia emocional. Las conclusiones indican la necesidad de potenciar las estrategias efectivas de autocuidado e inteligencia emocional en los futuros profesionales de la salud por su influencia en el manejo del estrés.
La situación pandémica sin precedentes forzó a las personas a adaptarse a un nuevo estilo de vida. Una herramienta psicológica útil para superar el trauma o el cambio es la inteligencia emocional (IE), cuya función principal es ayudar a manejar las adversidades de la vida, actuar como soporte para los procesos de adaptación y dar respuestas adecuadas a situaciones estresantes, según Gómez-Romero et al.(19)
Por su rápida propagación, la COVID-19 desencadenó cambios en todos los sentidos, incluyendo situaciones personales, familiares y trascendió a escenarios laborales, comerciales, de salud, educación, entre otros. La investigación desarrollada por Haro Lara et al.(20) tuvo como objetivo diagnosticar el impacto de la COVID-19 en el rendimiento académico de los estudiantes del sector rural de una unidad educativa régimen Sierra. La metodología utilizada fue el método inductivo-predictivo, se definieron los factores que influyeron en el rendimiento académico de la muestra estudiada basados en la investigación cualitativa. Los resultados evidenciaron que la pandemia causó un impacto significativo en el rendimiento académico porque no fue el resultado de lo aprendido dentro de un ciclo académico, sino de lo requerido en el período docente, que respondió a una política emergente.
CONCLUSIONES
En la revisión realizada se constató una relación entre inteligencia emocional y rendimiento académico en estudiantes del sector de la salud de forma general, debido a las condiciones propias de las carreras de esta rama de las ciencias, pero particularmente durante la pandemia de COVID-19, en la cual los factores emocionales, influyeron en las condiciones del proceso enseñanza aprendizaje y por tanto, en el rendimiento académico de los estudiantes.
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Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
Contribución de los autores
Conceptualización, investigación, diseño, redacción del trabajo y supervisión: Isabel
Jackelin Robles Hurtado.
Conceptualización, investigación, análisis formal, redacción del trabajo: Cinthya Virginia
Soto Hidalgo.
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